lunes, octubre 09, 2006

Un viaje soñado



Un viaje soñado

Nos reglamos un viaje, muchas cosas para celebrar, muchos momentos que debíamos “gozar”.
Disfrutamos cada momento de él. Recorrer Sicilia nos mostró los colores de la vida.
La emoción fue profunda, la historia de la humanidad nos ha marcado, y al encontrar estas marcas tan fuerte vibramos en cada lugar y a cada momento.
La vida tan particular de esta isla también nos movilizó.
Fuimos transitando Palermo con su barullo de ciudad, Monreal, Camino a Agrigento nos impactaron las ruinas de Segesta y Selinunte, Siracusa, Taormina la hermosa.
Jugueteamos desde cada lugar, subimos, trepamos, bajamos, nos reímos, nos acercamos cada día a algún lugar tan distinto y particular en su belleza, que siempre nos parecía el más hermoso, el único, el irrepetible, pensábamos que no podíamos encontrar otro que lo superara, pero cada día, cada momento seguíamos admirándonos por lo que veíamos.
Sicilia es bella, colorida, pícara, escurridiza, siempre hay algo más, una escalón más arriba encontrás otra cosa, que estaba escondido, que nos se dejaba ver al primer encuentro.
Las ruinas se encuentran en lo mas alto y el mar las retiene. Los paisajes con cuadros que se van armando como una explosión en un gran museo, pero cuando bajas a la ciudad, allí las callecitas, lo pueblos medievales se presentan de repente, como Erice, Enna impactando el corazón. Postales donde uno se encuentra sumergidas en ellas.
Sicilia nos mostró sus bellezas naturales y su historia en cada una de las ruinas, es maravillosa.

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