domingo, marzo 04, 2007

NADIE DIJO QUE FUERA FÁCIL

“NADIE DIJO QUE FUERA FÁCIL” 26 de febrero 2007

Un domingo leí un texto que se titulaba “Nadie dijo que fuera fácil”, en silencio y sin siquiera mover los labios declaré: “pienso lo mismo”, entonces comencé a realizar comparaciones entre lo escrito y lo que me gustaría relatar sobre esa frase que no es exclusiva de nadie.
Ahora el relato tendrá algunas frasecitas copiadas, que me dan pie al garabateo de palabras escritas, las pondré en otro color como para iluminarlas.
Intentaré hablar de una historia de amor que va transcurriendo a través del tiempo.
Todo el mérito es nuestro, hace ya muchos años, éramos unos niños, 14 y 16 años, transitábamos la vida, ¿la veíamos, la imaginábamos?, sé que comenzábamos una aventura, que en aquel momento no creíamos que sería tan vasta y profunda.

Hay un más allá que vendrá, que siempre nos hará diferente hasta el final. En cada paso siempre hubo algo nuevo, un cambio, alguna verdad callada, un movimiento algún viaje, crecimiento, mudanzas, nacimientos que siempre impactan: hijos y luego nuestros nietos.
No hay duda, nada se puede dejar afuera, todo merece la pena, lo bueno con risas, llantos, diálogos, miradas cómplices y tanto más. Lo malo, con lo que sabemos que trae, ¡para que enumerarlo!
Ahora que miramos hacia atrás con madurez vemos un largo trecho de nuestra vida unidas por amor, en ese transcurrir muchísimas veces nos han castigado, nos han puesto piedras en el andar, nos han negado como pareja estable, nos han marcado las diferencias, han interferido constantemente. Todo, o casi todo, nos ha unido un poco más, mucho más, muchísimo. Hay también un aguante de tantos años entre los dos de cada cosa del otro, ninguno de los dos andamos con cosas sencillitas.
Es magnifico aún vibrar por las noches, emocionarnos escuchando música, viendo alguna película, disfrutar fotos, imágenes o recuerdos, sentir como se nos cae alguna lagrima ante lo que la vida nos da o nos quita, por allí a mi un poco más, la condición de mujer me lo permite.
Todo esto nos demuestra que tuvimos razón al encontrarnos y seguir de la mano por la vida.
Cerrar este relato es difícil, será porque al entrelazar la manos, los cuerpo, cruzar las miradas, nos parece que siempre estamos re comenzando nuestra aventura del amor.