martes, agosto 27, 2013

FELIZ CUMPLEAÑOS, QUERIDO JULIO!!!


ETIQUETAS Y PRELACIONES

Siempre me ha parecido que el rasgo distintivo de nuestra familia es el recato. Llevamos el pudor a extremos increíbles, tanto en nuestra manera de vestirnos y de comer como en la forma de expresarnos y de subir a los tranvías. Los sobrenombres, por ejemplo, que se adjudican tan desaprensivamente en el barrio de Pacífico, son para nosotros motivo de cuidado, de reflexión y hasta de inquietud. Nos parece que no se puede atribuir un apodo cualquiera a alguien que deberá absorberlo y sufrirlo como un atributo durante toda su vida.

Las señoras de la calle Humboldt llaman Toto, Coco o Cacho a sus hijos, y Negra o Beba a las chicas, pero en nuestra familia ese tipo corriente de sobrenombre no existe, y mucho menos otros rebuscados y espamentosos como Chirola, Cachuzo o Matagatos, que abundan por el lado de Paraguay y Godoy Cruz. Como ejemplo del cuidado que tenemos en estas cosas bastará citar el caso de mi tía la segunda. Visiblemente dotada de un trasero de imponentes dimensiones, jamás nos hubiéramos permitido ceder a la fácil tentación de los sobrenombres habituales; así, en vez de darle el apodo brutal de Anfora Etrusca, estuvimos de acuerdo en el más decente y familiar de la Culona.

Siempre procedemos con el mismo tacto, aunque nos ocurre tener que luchar con los vecinos y amigos que insisten en los motes tradicionales. A mi primo segundo el menor, marcadamente cabezón, le rehusamos siempre el sobrenombre de Atlas que le habían puesto en la parrilla de la esquina, y preferimos el infinitamente más delicado de Cucuzza. Y así siempre.

Quisiera aclarar que estas cosas no las hacemos por diferenciarnos del resto del barrio. Tan sólo desearíamos modificar, gradualmente y sin vejar los sentimientos de nadie, las rutinas y las tradiciones. No nos gusta la vulgaridad en ninguna de sus formas, y basta que alguno de nosotros oiga en la cantina frases como: "Fue un partido de trámite violento", o: "Los remates de Faggioli se caracterizaron por un notable trabajo de infiltración preliminar del eje medio", para que inmediatamente dejemos constancia de las formas más castizas y aconsejables en la emergencia, es decir: "Hubo una de patadas que te la debo", o: "Primero los arrollamos y después fue la goleada".

La gente nos mira con sorpresa, pero nunca falta alguno que recoja la lección escondida en estas frases delicadas. Mi tío el mayor, que lee a los escritores argentinos, dice que con muchos de ellos se podría hacer algo parecido, pero nunca nos ha explicado en detalle. Una lástima.

Julio Cortázar
(Historias de cronopios y de famas)
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domingo, agosto 25, 2013

Para mi corazón basta tu pecho

Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo

lo que estaba dormido sobre tu alma. 

Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.

He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto como un viaje.

Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
Pablo Neruda.

martes, agosto 20, 2013

Hic Et Nunc

La nobleza, las grandes palabras, que mal le van
a esta ternura sin mejillas que tocar,
a esta lengua sin labios que entender.
Envilece un amor así que rebota en las paredes del cuarto
o se va cayendo a pedazos de palabras, esto.

Es inútil la argucia y la esperanza,
somos la previsión,
los ojos y la boca orientados al viento. ¿Qué me vale
lo que fue, la suave crónica?
Siempre andaré buscándote en el hoy
de esta ciudad, de esta hora.
Si me doy vuelta, oh Lot, eres la sal
donde mi sed se hace pedazos.

Mira de qué sustancias vivo,
pero no me tengas lástima, yéndote así
todavía más.
Julio Cotázar

sábado, agosto 17, 2013

La visión Silvina Ocampo

Caminábamos lejos de la noche,
citando versos al azar,
no muy lejos del mar.
Cruzábamos de vez en cuando un coche. 
Había un eucalipto, un pino oscuro
y las huellas de un carro
donde el cemento se volvía barro.
Cruzábamos de vez en cuando un muro.
Íbamos a ninguna parte, es cierto,
y estábamos perdidos: no importaba.
La calle nos llevaba
junto a un caballo negro casi muerto.
Era de noche -esto será mentira.
Tal vez, pero en mis versos es verdad-.
Una arcana deidad
casi siempre nocturna que nos mira
vio que nos deteníamos y el día
suspendió sus fanáticos honores,
clausuró sus colores
pues también el caballo nos veía.
No digas que no es cierto: nos miraba.
Con la atónita piedra de sus ojos,
bajo los astros rojos,
nos vio como los dioses que esperaba.
Silvina Ocampo

viernes, agosto 16, 2013

Inventario Borges

INVENTARIO 

Hay que arrimar una escalera para subir. Un tramo le falta.
¿Qué podemos buscar en el altillo
Sino lo que amontona el desorden?
Hay olor a humedad.
El atardecer entra por la pieza de plancha.
Las vigas del cielo raso están cerca y el piso está vencido.
Nadie se atreve a poner el pie.
Hay un catre de tijera desvencijado.
Hay unas herramientas inútiles.
Está el sillón de ruedas del muerto.
Hay un pie de lámpara.
Hay una hamaca paraguaya con borlas, deshilachada.
Hay aparejos y papeles.
Hay una lámina del estado mayor de Aparicio Saravia.
Hay una vieja plancha a carbón.
Hay un reloj de tiempo detenido, con el péndulo roto.
Hay un marco desdorado, sin tela.
Hay un tablero de cartón y unas piezas descabaladas.
Hay un brasero de dos patas.
Hay una petaca de cuero.
Hay un ejemplar enmohecido del Libro de los Mártires de Foxe,
en intrincada letra gótica.
Hay una fotografía que ya puede ser de cualquiera.
Hay una piel gastada que fue de tigre.
Hay una llave que ha perdido su puerta.
¿Qué podemos buscar en el altillo
Sino lo que amontona el desorden?
Al olvido, a las cosas del olvido, acabo de erigir este monumento,
Sin duda menos perdurable que el bronce y que se confunde
con ellas.

Jorge Luis Borges
La rosa profunda (1975)

martes, agosto 13, 2013

San Telmo y el tango



Viejo Almacén. San Telmo.
"Cuna de tauras y cantores,
de broncas y entreveros,
de todos mis amores.
En tus muros con mi acero
yo grabé nombres que quiero.
Rosa, "la milonguita",
era rubia Margot,
en la primer cita,
la paica Rita
me dio su amor.

Barrio... barrio..
que tenés el alma inquieta
de un gorrión sentimental.
Penas...ruego...
¡es todo el barrio malevo
melodía de arrabal!
Barrio... barrio...
perdoná si al evocarte
se me pianta un lagrimón,
que al rodar en tu empedrao
es un beso prolongao
que te da mi corazón."

Carlos Gardel, Alfredo Le Pera, Mario Battistella
(Fragmentos del tango "Melodía de Arrabal")

domingo, agosto 11, 2013

Del árbol Leopoldo Marechal



DEL ÁRBOL

Hay en la casa un Árbol
que no planto la madre ni riegan los abuelos:
solo es visible al niño, al poeta y al perro. 

Su primavera no es la que fundan las rosas:
no es la vaca encendida ni el huevo de paloma.
Su otoño no es el tiempo que trae desde el mar
caballos irascibles, por tierras de azafrán.
Al Árbol suben otras primaveras e inviernos:
el enigma es del niño, del poeta y del perro.

Cuando la primavera sube al Árbol-sin-nombre,
vestidos de cordura florecen los varones;
y Amor, en pie de guerra, se desliza
de pronto a la sabrosa soledad de las hijas.
Entonces el sabor de algún cielo perdido
desciende con el llanto de los recién nacidos.
Pero cuando el invierno lo desnuda y oprime,
sobre los techos llueven sus hojas invisibles,
y, horizontal, cruza las altas puertas
alguien que por el cielo desaprendió la tierra.

Hay en la casa un Árbol que los grandes no vieron:
el enigma es del niño, del poeta y del perro.

Leopoldo Marechal

viernes, agosto 09, 2013

"No sabré desatarme los zapatos

y dejar que la ciudad me muerda los pies

no me emborracharé bajo los puentes,

no cometeré faltas de estilo.

Acepto este destino de camisas planchadas,

llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras.

El largo desarreglo de los sentidos me va mal.

Opto
por el dentífrico y las toallas.


Me vacuno.

Mira qué pobre amante,

incapaz de meterse en una fuente

para traerte un pescadito rojo

bajo la rabia de gendarmes y niñeras."Cortázar

miércoles, agosto 07, 2013

Pizarnik Anillos de Ceniza

ANILLOS DE CENIZA

Son mis voces cantando 
para que no canten ellos, 
los amordazados grismente en el alba, 
los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.

Hay, en la espera,
un rumor a lila rompiéndose.
Y hay, cuando viene el día,
una partición de sol en pequeños soles negros.
Y cuando es de noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca asilo en mi garganta
para que no canten ellos,
los funestos, los dueños del silencio.

Alejandra Pizarnik

domingo, agosto 04, 2013

Cortázar

“Mi maligna manera de entender el mundo me ayudaba a reírme por lo bajo.” Julio Cortázar