“...el mundo que habitamos es de una abundancia que sobrepasa nuestra imaginación más desatada. Están los árboles, los sueños, las auroras, están las tempestades, las sombras, los ríos; están las guerras, las pérdidas, los amores; están las vidas de las gentes, los dioses, las galaxias enteras. La acción humana más simple difiere de una persona y de un momento a otro - ¿de qué otra manera, si no, reconoceríamos a nuestros amigos sólo por el modo en que caminan, la pose, la voz y adivinaríamos sus cambiantes estado de ánimo? (Feyerabend, 2001:23)
No hay duda que la vida es cambiante, pero está llena de sorpresas, a cada paso que transitamos nos encontramos en la “abundancia”. No siempre es la alegría, no siempre es la tristeza, vivimos ante lo inesperado.